La Carta que me enviaron los Reyes Magos (II)


Ya ha pasado un año desde que te regalamos nuestra primera carta. Otra vez venimos a recordarte que tu vida es un regalo que sólo necesita que tú lo abras y acojas. Hoy es la Epifanía de los Reyes Magos.¿Sabes que significa Epifanía? Epifanía es un término griego que significa manifestación y, por ello, cada 6 de enero celebramos que Jesús se reveló como luz de las naciones. Es decir, Jesús es el regalo que se ofrece a ti y a todos, es Dios que se nos da.
Pero, como cualquier regalo, puede quedarse envuelto en el papel que nunca abrimos, escondido en la estantería de la que, con suerte, alguna vez lo sacamos; o, mejor, puede ser el alegre don que siempre nos acompaña.
Por ello, porque te amamos desde siempre, desde incluso antes de que nacieses, nada nos complace más que manifestarte nuestro amor y, por ello, insistirte en los dones que se te han dado para que siempre te acompañen y den luz a una vida alegre y eterna: la Palabra, la oración continua, la Eucaristía y la Reconciliación. Y todo ello, para que, descubriendo al Otro en tu corazón, cada hombre próximo a ti lo consideres tu prójimo.
Cuando se es pequeño, la mente es tan sana y abierta, que cualquier cosa se transforma en algo más profundo y, a su vez, lleno de posibilidades: una caja en las manos de un niño puede ser un coche, una casa, todo un reino.
Pero, poco a poco, el mundo te mete en su redil y se pierde la inocencia que deja ver la luz que se nos manifiesta en todo. Por eso, adora a ese Niño al que le regalamos oro, incienso y mira; ese Niño que creció y siguió creyendo en reinos en los cielos y tanto siguió creyendo en ellos que los ciegos los veían, los sordos escuchaban sus voces, los inválidos andaban por sus calles y, a los que nadie quería, les abrían sus puertas; y de tal modo creyó, que, cuando los que seguían enredados en las cosas tal como las ve el mundo lo acusaban, Él, como única defensa dijo: "mi reino no es de este mundo". Y así, no pudo ser de otra forma, murió coronado y su reino, desde entonces, es eterno. Y ese reino es el que se te manifiesta para que lo veas, lo escuches y andes por sus calles cada día de tu vida vestido en la alegría de su Amor. Simplemente, abre su puerta y acógelo en tu corazón.

Juan Pablo Navarro