Este verano, el día de la Asunción, el Papa Francisco, desde el balcón de
Castelgandolfo, lanzó esta pregunta:
"¿Vosotros
rezáis el
Rosario todos los días". Mi
respuesta fue un claro no y desde entonces me he aplicado en su oración diaria.
En el Rosario, el incansable repetir de padrenuestros y avemarías acalla el
cerebro para que el corazón medite los misterios principales de la vida de
Cristo y de la Virgen. Como toda oración, la base es el silencio que escucha
para entablar un diálogo donde bendecimos, adoramos, pedimos, intercedemos,
damos gracias y alabamos.
Desde esta mirada me atrevo a rogar una serie de peticiones inspiradas en los
misterios del Rosario:
Misterios Gozosos
Primer misterio:
La Anunciación
y Encarnación del Hijo de Dios en las purísimas entrañas de la Virgen
María.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que con
corazón alegre seamos esclavos del Señor.
Segundo misterio:
La
Visitación de María Santísima a su prima Santa Isabel
S
anta María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que,
como tu prima Isabel, descubramos a Cristo en Ti.
Tercer misterio: El nacimiento del
Niño Jesús en el pobre y humilde portal de Belén.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que,
como los pastores, libres del miedo, descubramos y adoremos a Jesús en la
debilidad, en la humildad y en la gloria del pesebre.
Cuarto misterio: La Purificación de la
Virgen María y Presentación del Niño Jesús en el Templo.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que,
como Simeón, aguardemos confiados la llegada del Salvador y aceptemos, como tú,
al Signo de Contradicción aunque una espada nos atraviese el corazón.
Quinto misterio: El Niño Jesús perdido
y hallado en el Templo.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que descubramos a Cristo en la Iglesia y en el templo de nuestro
corazón.
Misterios Luminosos
Primer misterio: El bautismo de Jesús
en el río Jordán.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que el
Espíritu nos abra los cielos y descubramos al Hijo amado en el que el Padre se
complace.
Segundo misterio: Jesús y María en las
bodas de Caná.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que de
igual modo que en Caná adelantaste la manifestación del Mesías en la cruz, la
Eucaristía sea un adelanto de la Parusía, de la segunda venida de Nuestro
señor Jesucristo.
Tercer misterio: Jesús anuncia el Reino
de Dios e invita a la conversión.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que la Buena
Noticia se haga reino en nuestro corazón y la compartamos alegres y amorosos
con nuestro prójimo, de igual manera a como Cristo amó.
Cuarto misterio: La transfiguración de
Jesús en el monte Tabor.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que en
un "continuo subir al monte del encuentro con Dios para después volver a
bajar", traigamos "el amor y la fuerza que derivan de éste, a fin de
servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios" (del
último Ángelus de Benedicto XVI)
Quinto misterio: La institución de la
Eucaristía.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que la
Eucaristía sea fuente, centro y culmen de nuestra vida cristiana.
Misterios dolorosos
Primer misterio: La oración de Jesús
en el huerto de Getsemaní.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que aceptemos
a través de la oración continua la Voluntad de Dios aunque no coincida con la
nuestra.
Segundo misterio: La flagelación de
Jesús, atado a la columna.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que aceptemos
que nos "azoten" por causa de la Justicia y descubramos el amor que se esconde en todo sufrimiento.
Tercer misterio: Jesús es coronado de
espinas.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que aceptemos
que nos insulten, nos persigan y calumnien de cualquier modo por Su causa.
Cuarto misterio: Jesús con la cruz a
cuestas, camino del Calvario.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que aceptemos
cargar con la cruz de cada día con amor manso y paciente.
Quinto misterio: La crucifixión y
muerte de Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que aceptemos
que nos crucifiquen por causa del Perdón y del Amor
Misterios gloriosos
Primer misterio: La Resurrección del
Señor.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que vuelvas a nosotros esos tus ojos misericordiosos y, después de este destierro, nos muestres a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
Segundo misterio: La Ascensión del
Señor al cielo.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que volvamos
siempre alegres a Jerusalén.
Tercer misterio: La venida del
Espíritu Santo sobre el Colegio apostólico.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que el
Espíritu Santo llene nuestra casa y sepamos hablar a cada uno en su lengua.
Cuarto misterio: La Asunción de
Nuestra Señora al cielo.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que abogues para salvarnos de todo lo que nos juzga y nos mata y seamos,
por el contrario, semilla sembrada en tierra buena que da fruto.
Quinto misterio: La coronación de la
Virgen María como Reina del universo.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores para que Dios
todopoderoso nos conceda que, protegidos por su intercesión, alcancemos la
gloria en el reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén».
Juan Pablo Navarro