Si, se hizo pan, el alimento más sencillo y más necesario: el "fruto de la tierra y del trabajo del hombre" que el mismo Dios recrea:
Yo soy el pan vivo que bajado del cielo; el que coma de este pan, vivirá para siempre. (Jn 6, 51)
Y, tomando pan, después de pronunciar la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía". (Lc 22, 19-20)
Caminemos pues esta Navidad a Belén para adorar a ese Niño que es Dios
hecho hombre y comamos alegres su Pan, que es Paz, que es Amor, que es
Perdón, que es Eucaristía, y descubrámoslo -confiados y amantes- en el
silencio, en la oración, en el servicio al prójimo, con la esperanza
cierta de que Él nos transforme y vivamos ya para siempre.
FELIZ NAVIDAD
Juan Pablo Navarro
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